{"meta":{"status":200,"messages":[],"pagination":{"max":1,"offset":0,"count":1,"total":1,"pageNum":1,"totalPages":1,"sort":null,"currentUrl":"https://api.digitalmedia.hhs.gov/api/v2/resources/media.json?offset=0&max=1&ignoreHiddenMedia=1&format=json&id=2042&newUrlBase=https://www.cancer.gov/espanol/node/2856/","nextUrl":null,"previousUrl":null}},"results":[{"content":"
\nNota: En esta secci\u00f3n, se resume la evidencia cient\u00edfica publicada sobre la prevenci\u00f3n de este tipo de c\u00e1ncer. En el resto del resumen, se describe la evidencia con m\u00e1s detalle.
\nTambi\u00e9n est\u00e1n disponibles otros res\u00famenes del PDQ relacionados: Tratamiento del c\u00e1ncer de vejiga y Niveles de evidencia de los estudios sobre los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n y la prevenci\u00f3n del c\u00e1ncer.
\nNo hay suficiente evidencia para determinar si los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n del c\u00e1ncer de vejiga y otros c\u00e1nceres uroteliales tienen un efecto en la mortalidad.
\nDescripci\u00f3n de la evidencia
\nA partir de evidencia s\u00f3lida, los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n del c\u00e1ncer de vejiga y otros c\u00e1nceres uroteliales dar\u00edan lugar a procedimientos diagn\u00f3sticos innecesarios con la morbilidad que estos conllevan.
\nDescripci\u00f3n de la evidencia
\nEl c\u00e1ncer de vejiga es la cuarta neoplasia maligna que se diagnostica con mayor frecuencia en los hombres en los Estados Unidos. La incidencia es alrededor de cuatro veces m\u00e1s alta en los hombres que en las mujeres. Se estima que en 2024, se presentar\u00e1n 83 190 casos nuevos de c\u00e1ncer de vejiga en los Estados Unidos.[1]
\nEl diagn\u00f3stico de c\u00e1ncer de vejiga es casi el doble en las personas blancas que en las personas negras de cualquier sexo. La incidencia del c\u00e1ncer de vejiga en otros grupos \u00e9tnicos y raciales de los Estados Unidos se ubica entre el de las personas negras y blancas. La incidencia del c\u00e1ncer de vejiga aumenta con la edad.[2]
\nLas tasas anuales de incidencia del c\u00e1ncer de vejiga permanecieron relativamente estables entre 1975 y 2017, fluctuando entre 18,9 y 22,0 (por 100 000); sin embargo, las tasas m\u00e1s recientes (2011\u20132020) disminuyeron cerca de un 1 % por a\u00f1o.[2] Se estima que 16 840 personas morir\u00e1n por c\u00e1ncer de vejiga en los Estados Unidos en 2024.[1]
\nEntre 1975 y 2020, la mortalidad por c\u00e1ncer de vejiga ajustada por edad disminuy\u00f3 en todas las razas y sexos.[2] De 2015 a 2021, la mortalidad por c\u00e1ncer de vejiga urinaria disminuy\u00f3 en un 1,5 % por a\u00f1o.[1] Es posible que estos cambios reflejen diagn\u00f3sticos tempranos, mejores tratamientos, menor exposici\u00f3n a carcin\u00f3genos o una combinaci\u00f3n de estos factores.
\nM\u00e1s del 90 % de los c\u00e1nceres de vejiga son carcinomas de c\u00e9lulas de transici\u00f3n, tambi\u00e9n llamados c\u00e1nceres uroteliales. El c\u00e1ncer urotelial tambi\u00e9n puede surgir en el revestimiento de la pelvis renal, el ur\u00e9ter, la pr\u00f3stata y la uretra, aunque con poca frecuencia. Otros tipos histol\u00f3gicos importantes son el carcinoma de c\u00e9lulas escamosas y el adenocarcinoma. Los adenocarcinomas representan menos del 2 % de los casos de c\u00e1ncer de vejiga primarios, incluso aquellos que hicieron met\u00e1stasis en el recto, est\u00f3mago, endometrio, mama, pr\u00f3stata y ovario.[3]
\nNo hay estudios definitivos sobre la prevenci\u00f3n del c\u00e1ncer de vejiga y otros c\u00e1nceres uroteliales. Se presume que la reducci\u00f3n de las exposiciones ambientales y ocupacionales reduce el riesgo de c\u00e1ncer urotelial. Las diferencias de edad, sexo, raza y distribuci\u00f3n geogr\u00e1fica quiz\u00e1s reflejen diferencias en la exposici\u00f3n ambiental y ocupacional a posibles sustancias t\u00f3xicas. Entre las exposiciones importantes, se incluyen el contacto con sustancias qu\u00edmicas, el consumo de cigarrillos, las infecciones por bacterias, hongos parasitarios o virus, y el tratamiento con ciertos f\u00e1rmacos quimioterap\u00e9uticos. Los antecedentes familiares de c\u00e1ncer de vejiga tambi\u00e9n se relacionan con un riesgo mayor de este tipo de c\u00e1ncer.[1,2]
\nVarias poblaciones con diversos tipos de exposici\u00f3n presentan un riesgo m\u00e1s alto de c\u00e1ncer de vejiga. Por el momento, el mayor factor de riesgo ambiental conocido para la poblaci\u00f3n general es el tabaco, en particular, el consumo de cigarrillos;[1] las personas que fuman tienen un aumento de riesgo de c\u00e1ncer de vejiga 4 a 7 veces mayor que aquellas que nunca han fumado.[3-5] El riesgo se reduce con la deshabituaci\u00f3n tab\u00e1quica, pero se observa una disminuci\u00f3n relativamente peque\u00f1a de la incidencia en los primeros 5 a 7 a\u00f1os posteriores al cese. Incluso despu\u00e9s de 10 a\u00f1os, el riesgo de una persona de presentar c\u00e1ncer de vejiga es todav\u00eda de casi el doble que el de alguien que nunca ha fumado.
\nEntre las sustancias qu\u00edmicas implicadas en el c\u00e1ncer de vejiga inducido por el h\u00e1bito de fumar, se incluyen el aminobifenilo y sus metabolitos.[1] Es posible que las enzimas hereditarias e inducibles sean relevantes en la activaci\u00f3n y desintoxicaci\u00f3n de los aminobifenilos y otros presuntos carcin\u00f3genos vesicales. Estas enzimas incluyen la N-acetiltransferasa 2 (NAT2),[6] el citocromo P450 1A2 (CYT 1A2),[7] y la glutati\u00f3n S-transferasa M1.[8] En varios estudios, se indica que genotipos y fenotipos espec\u00edficos de estas enzimas y sus acciones, en particular, en el h\u00edgado y el urotelio, se relacionan con la susceptibilidad al c\u00e1ncer de vejiga inducido por el consumo de tabaco y por otras aminas de arilo, en espec\u00edfico, en las poblaciones con exposici\u00f3n industrial.[7,9-12] Sin embargo, no todos estos estudios se han controlado de manera adecuada, seg\u00fan el de consumo de tabaco actual o previo.
\nTambi\u00e9n se han implicado varios tipos de exposici\u00f3n industrial como factores de riesgo de c\u00e1ncer de vejiga, en general las aminas arom\u00e1ticas, como 2-naftilamina, \u03b2-naftilamina o 4-cloro-o-toluidina, que se usan para producir tintes, y bencidina y sus derivados;[1] en ocasiones, hidrocarburos alif\u00e1ticos clorados;[13] subproductos de la cloraci\u00f3n de agua tratada;[14,15] producci\u00f3n de aluminio (hidrocarburos arom\u00e1ticos polic\u00edclicos, fluoruros)[1] y algunos aldeh\u00eddos.[16]
\nLas ocupaciones sobre las que se ha notificado relaci\u00f3n con un riesgo mayor de c\u00e1ncer de vejiga son las que involucran el procesamiento de pinturas, tintes, metales y productos del petr\u00f3leo.[1,17]
\nSe calcula que, en los Estados Unidos, del 5 % al 15 % de los pacientes que con el tiempo morir\u00e1n por c\u00e1ncer de vejiga, tendr\u00e1n antecedentes de exposiciones intensas a los factores ambientales mencionados antes (diferentes al consumo de tabaco).[18]
\nEl uso de hierbas chinas contaminadas tambi\u00e9n se notific\u00f3 como un factor de riesgo. El principal carcin\u00f3geno en estas hierbas es el \u00e1cido aristol\u00f3quico (AA), que se extrae de la especie Aristoloquia.[19] Dada la diversidad de los reg\u00edmenes herbarios chinos adem\u00e1s del AA, es posible que otras fitotoxinas desconocidas tambi\u00e9n desempe\u00f1en una funci\u00f3n.[20] La nefropat\u00eda cr\u00f3nica relacionada con la ingesti\u00f3n de hierbas contaminadas con A. fangchi se relaciona con el carcinoma urotelial de la pelvis renal y del ur\u00e9ter. Las hierbas con A. fangchi est\u00e1n prohibidas en B\u00e9lgica, Canad\u00e1, Australia y Alemania, pero todav\u00eda est\u00e1n permitidas en los Estados Unidos.[21]
\nLa ingesti\u00f3n de grandes cantidades de ars\u00e9nico en el agua de pozo tambi\u00e9n se relaciona con varias neoplasias malignas, incluido el carcinoma de c\u00e9lulas de transici\u00f3n (CCT) de vejiga.[1,22,23] Se encuentran focos end\u00e9micos similares de c\u00e1ncer de vejiga en otras regiones con concentraciones altas de ars\u00e9nico en el agua potable.[22,23] En el sur de Taiw\u00e1n, la enfermedad del pie negro por ars\u00e9nico es end\u00e9mica.
\nLa exposici\u00f3n a los compuestos inorg\u00e1nicos de ars\u00e9nico, como el arseniuro de galio, tambi\u00e9n se relaciona con un aumento del riesgo de c\u00e1ncer de vejiga.
\nLa exposici\u00f3n al f\u00e1rmaco de quimioterapia oncol\u00f3gica ciclofosfamida [24,25] y quiz\u00e1s otros alquilantes, como la ifosfamida (aunque el uso de mesna junto con estos f\u00e1rmacos puede reducir la incidencia), se relaciona con un aumento del riesgo de c\u00e1ncer de vejiga.[24]
\nLa radioterapia dirigida a la pelvis por otras neoplasias malignas, como el c\u00e1ncer de pr\u00f3stata,[26,27] el c\u00e1ncer de \u00fatero[28] y el c\u00e1ncer de cuello uterino, tambi\u00e9n se vincula con un aumento del riesgo de c\u00e1ncer de vejiga.[29]
\nLas siguientes son las mutaciones gen\u00e9ticas espec\u00edficas relacionadas con el c\u00e1ncer de vejiga:[30-32]
\nOtros factores de riesgo vinculados con formas m\u00e1s malignas del c\u00e1ncer de vejiga son la vejiga neurop\u00e1tica por el uso de las sondas permanentes [33,34] y las infecciones de vejiga por Schistosoma haematobium (c\u00e1ncer de vejiga por esquistosomiasis o bilharziasis).[35]
\nOtros tumores uroteliales diferentes a los CCT, son el adenocarcinoma, el carcinoma de c\u00e9lulas escamosas y el adenocarcinoma metast\u00e1sico. Entre los factores de riesgo de tumores de c\u00e9lulas escamosas de la vejiga, se incluyen las sondas permanentes [36,37] y la cistitis por S. haematobium.
\nA pesar de que se ha informado de forma anecd\u00f3tica sobre conglomerados familiares [1-3] y que el c\u00e1ncer de vejiga (al igual que los carcinomas de c\u00e9lulas de transici\u00f3n de las v\u00edas urinarias altas) es parte del s\u00edndrome de Lynch II,[4] no hay evidencia que indique que la propensi\u00f3n al c\u00e1ncer de vejiga sea hereditaria.[5]
\nEl cuadro cl\u00ednico inicial del 70 % de los pacientes con c\u00e1ncer de vejiga es de enfermedad superficial.[1] La hematuria es el signo que se presenta con mayor frecuencia y se observa en alrededor del 90 % de los casos. La hematuria puede ser intermitente, por lo tanto, el resultado de un an\u00e1lisis de orina sin eritrocitos no descarta un diagn\u00f3stico de c\u00e1ncer urotelial. En los pacientes con hematuria macrosc\u00f3pica, las tasas notificadas de c\u00e1ncer de vejiga oscilan entre un 13 % y un 34,5 %.[2-4] Otros s\u00edntomas de presentaci\u00f3n inicial incluyen disuria, urgencia o frecuencia urinarias y, con menor frecuencia, dolor en fosa lumbar secundario a una obstrucci\u00f3n, y dolor por invasi\u00f3n p\u00e9lvica o met\u00e1stasis \u00f3seas. A menudo, el diagn\u00f3stico y la estadificaci\u00f3n comienzan con una cistoscopia. Es necesaria una evaluaci\u00f3n completa de las v\u00edas urinarias altas y bajas.[5]
\nM\u00e1s del 90 % de los c\u00e1nceres de vejiga que se diagnostican en los Estados Unidos son carcinomas de c\u00e9lulas de transici\u00f3n (CCT) puros o CCT mezclados con otros tipos histol\u00f3gicos, por lo general, carcinoma de c\u00e9lulas escamosas (CCE), adenocarcinoma o ambos. Otro 3 % al 4 % de los casos son CCE puros, que son aproximadamente dos veces m\u00e1s probables en las mujeres que en los hombres. Los CCE tambi\u00e9n representan una mayor proporci\u00f3n de c\u00e1nceres de vejiga en personas con infecciones vesicales por S. haematobium o con antecedentes de sondas urinarias permanentes a largo plazo, c\u00e1lculos vesicales o infecciones de vejiga recidivantes.[1-3]
\nEl grado y el estadio en el momento del diagn\u00f3stico del CCT tienen consecuencias pron\u00f3sticas y terap\u00e9uticas de gran importancia. Sin embargo, los tipos histol\u00f3gicos de c\u00e9lulas no transicionales tienen un comportamiento muy maligno y son menos receptivos a los tratamientos, con excepci\u00f3n de una extirpaci\u00f3n quir\u00fargica.[4] El pron\u00f3stico de los pacientes y la elecci\u00f3n de los tratamientos dependen de la malignidad y el grado del tumor.
\nPor muchos a\u00f1os, se ha reconocido el car\u00e1cter crucial del grado y el estadio histol\u00f3gicos de las lesiones de referencia para el pron\u00f3stico individual y las decisiones relacionadas con el tratamiento. En un estudio en el que se intent\u00f3 evaluar el grado y el estadio de los tumores de vejiga reci\u00e9n diagnosticados en un \u00e1mbito poblacional, el 89 % de los c\u00e1nceres de vejiga reci\u00e9n diagnosticados en hombres de 50 a\u00f1os o m\u00e1s, notificados al registro de tumores del estado de Wisconsin en 1988, tiene cortes y l\u00e1minas examinadas por un solo pat\u00f3logo que no conoc\u00eda el diagn\u00f3stico original.[1] El 57 % de las muestras de carcinoma de c\u00e9lulas de transici\u00f3n (CCT) eran de grado I o II, en estadio Ta o T1; el 19 % eran CCT de grado III, en estadio Ta o T1 (o Tis) y el 24 % eran invasivos de la capa muscular propia o de las capas m\u00e1s profundas (estadio T2 o mayor), de los cuales casi todos eran lesiones de grado III o con caracter\u00edsticas histol\u00f3gicas de c\u00e9lulas no transicionales. Dada la poblaci\u00f3n peque\u00f1a de hombres negros de 50 a\u00f1os y m\u00e1s en Wisconsin (menos del 3 % de todos los c\u00e1nceres de vejiga se presentaron en personas que no eran blancas),[2] no se pudieron determinar las diferencias de grado y estadio en el momento del cuadro cl\u00ednico inicial entre personas negras y blancas. De modo similar, en este estudio no se observ\u00f3 a mujeres u hombres menores de 50 a\u00f1os. Dada la variabilidad de las interpretaciones histol\u00f3gicas de los c\u00e1nceres de vejiga de los registros de tumores,[3,4] en Wisconsin solo se conoce el grado y estadio en el momento del cuadro cl\u00ednico inicial de esta neoplasia maligna en hombres de 50 a\u00f1os o m\u00e1s.
\nCasi todas las neoplasias malignas de vejiga se originan en la superficie uroepitelial. La mayor\u00eda de los pacientes con c\u00e1ncer de vejiga mueren por enfermedad metast\u00e1sica; rara vez, o casi nunca, el tratamiento del c\u00e1ncer de vejiga metast\u00e1sico es curativo.[5] La amplia mayor\u00eda de los pacientes con met\u00e1stasis presenta lesiones invasivas de la capa muscular propia (estadio T2 o mayor) previas o simult\u00e1neas.[6] Del 70 % al 90 % de los pacientes con c\u00e1ncer de vejiga invasivo en la capa muscular propia presentan este diagn\u00f3stico de enfermedad metast\u00e1sica; sin embargo,[7,8] estos pacientes no provienen del grupo mucho m\u00e1s grande con tipos de CCT superficiales recidivantes. El objetivo de los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n es la identificaci\u00f3n temprana del c\u00e1ncer de vejiga que est\u00e1 predeterminado a invadir el m\u00fasculo. Aunque en un estudio se inform\u00f3 que cerca del 30 % de los pacientes con CCT superficial, a los que se les dio seguimiento durante 20 a\u00f1os, al final morir\u00e1n por esta enfermedad,[9] estos datos permanecen sin confirmar, contradicen otros informes[10], y pueden reflejar patrones de diagn\u00f3stico, clasificaci\u00f3n y tratamiento obsoletos.
\nDado que el c\u00e1ncer de vejiga casi nunca se encuentra casualmente en una autopsia, es posible que sea corto el periodo precl\u00ednico en el que todav\u00eda no ha causado s\u00edntomas, pero en el que se puede detectar mediante cistoscopia. Este crecimiento r\u00e1pido est\u00e1 respaldado por la experiencia cl\u00ednica [11] y supone que los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n tendr\u00edan que realizarse en intervalos frecuentes.
\nSe demostr\u00f3 que las cistoscopias y los ex\u00e1menes citol\u00f3gicos urinarios o de lavado vesical son eficaces en la vigilancia y el abordaje de los pacientes con c\u00e1nceres de vejiga con tratamiento previo.[1] Estos m\u00e9todos no son pr\u00e1cticos para las personas sin antecedentes de c\u00e1ncer de vejiga dados los costos y la morbilidad.
\nA pesar de que la hematuria es el signo de presentaci\u00f3n m\u00e1s com\u00fan del c\u00e1ncer de vejiga, la mayor\u00eda de las personas con hematuria no tienen este tipo de c\u00e1ncer. En la poblaci\u00f3n general, la prevalencia de la hematuria macrosc\u00f3pica asintom\u00e1tica es de cerca del 2,5 %, mientras que la prevalencia de la microhematuria asintom\u00e1tica es de alrededor del 13 %.[2] En un an\u00e1lisis prospectivo reciente de pacientes de una cl\u00ednica de hematuria en el Reino Unido, se encontr\u00f3 que 183 (19,2 %) de los 948 pacientes con hematuria macrosc\u00f3pica presentaban c\u00e1ncer de vejiga en el resultado de la cistoscopia.[3] Sin embargo, solo se encontr\u00f3 que 47 (4,8 %) de los 982 pacientes con microhematuria presentaban c\u00e1ncer de vejiga.
\nEn 2 grupos se inform\u00f3 sobre el uso de una sola muestra de orina para identificar sangre, a fin de detectar neoplasias malignas urol\u00f3gicas, enfermedades graves de las v\u00edas urinarias y c\u00e1nceres de vejiga. Ambos estudios se llevaron a cabo de forma retrospectiva para confirmar la informaci\u00f3n de los pacientes que se atendieron en una cl\u00ednica grande de especialidades m\u00faltiples [2] o quienes eran miembros de una organizaci\u00f3n para el mantenimiento de la salud (HMO) grande y que se sometieron a pruebas en un programa de detecci\u00f3n multif\u00e1sico.[4] Dada la naturaleza retrospectiva de cada estudio, ninguno se dise\u00f1\u00f3 espec\u00edficamente para detectar el c\u00e1ncer de vejiga ni para concentrarse en la poblaci\u00f3n con el riesgo m\u00e1s alto (hombres de 50 a\u00f1os o m\u00e1s). En ambos estudios, se concluy\u00f3 que las pruebas simples de hematuria no eran eficaces para diagnosticar c\u00e1ncer de vejiga. En un seguimiento m\u00e1s prolongado del estudio de la HMO, se indic\u00f3 que las personas con microhematuria ten\u00edan un riesgo m\u00e1s alto de presentar, m\u00e1s tarde, c\u00e1ncer de vejiga con invasi\u00f3n muscular, con una latencia de 3,5 a 14,5 a\u00f1os.[5] No hay suficiente evidencia que respalde la eficacia del examen simple de hematuria para detectar c\u00e1ncer de vejiga, ni de que este examen reduzca la mortalidad por la enfermedad.
\nSe llevaron a cabo 2 estudios que usaron Ames Hemastix, una tira recubierta con un reactivo qu\u00edmico para hemoglobina que se correlaciona con el an\u00e1lisis microsc\u00f3pico de orina para detectar hematuria,[6] en poblaciones geogr\u00e1ficamente definidas (Madison, Wisconsin y Leeds, Inglaterra) de hombres de edad mediana y avanzada que usaron la prueba casera repetitiva de la tira con el reactivo. En cada programa, se contact\u00f3 a personas de registros de atenci\u00f3n a pacientes. Se excluyeron a los hombres con antecedentes de neoplasias malignas urol\u00f3gicas, causas conocidas de hematuria o quienes no cumplieron con el programa. En los 4 estudios que se realizaron (un estudio piloto y un estudio m\u00e1s grande en cada lugar), participaron del 45 % al 55 % de las personas contactadas. En estos estudios, se encontr\u00f3 que del 1,2 % al 1,3 % de todos los participantes presentaban c\u00e1ncer de vejiga (todos carcinoma de c\u00e9lulas de transici\u00f3n [CCT]). Se identific\u00f3 una neoplasia maligna en estadio T2 o m\u00e1s alto en solo 1 de los 21 pacientes del primer estudio [6-8] a quienes se les detect\u00f3 c\u00e1ncer, pero en ninguno de los 26 pacientes a los que se les detect\u00f3 c\u00e1ncer en el segundo estudio. Una limitaci\u00f3n de los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n de hematuria repetitivos en una poblaci\u00f3n general de hombres de 50 a\u00f1os o m\u00e1s es que se encontr\u00f3 que m\u00e1s del 90 % de los hombres con resultados positivos en el examen inicial no presentaban c\u00e1ncer de vejiga.[6] En los estudios de detecci\u00f3n de hematuria en Wisconsin, se les dio seguimiento durante al menos 24 meses a todos los pacientes con hematuria y resultados negativos de las pruebas o a quienes no se les encontr\u00f3 enfermedad grave; en ninguno de ellos se encontr\u00f3 c\u00e1ncer de vejiga. De modo similar, al menos a los 18 meses de la \u00faltima prueba, ninguno de los participantes del grupo de ex\u00e1menes de detecci\u00f3n (con hematuria o sin esta) hab\u00eda muerto por c\u00e1ncer de vejiga. Durante el seguimiento de 14 a\u00f1os de esta cohorte de detecci\u00f3n, ning\u00fan participante con c\u00e1ncer de vejiga identificado mediante ex\u00e1menes de detecci\u00f3n de hematuria hab\u00eda muerto por este tipo de c\u00e1ncer, mientras que 2 casos (0,85 %) que ten\u00edan hematuria cl\u00ednica, pero evaluaci\u00f3n diagn\u00f3stica negativa, padecieron de la enfermedad al cabo de 6,7 y 11,4 a\u00f1os de la evaluaci\u00f3n con resultados negativos. La misma proporci\u00f3n de participantes sin hematuria en los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n recibi\u00f3 el diagn\u00f3stico de c\u00e1ncer de vejiga (0,93 %); ninguno present\u00f3 c\u00e1ncer en el primer a\u00f1o despu\u00e9s de la fecha de la \u00faltima evaluaci\u00f3n.[9] Es posible que se necesiten seguimientos m\u00e1s prolongados para probar que estos participantes no presentaban c\u00e1ncer de vejiga;[5] sin embargo, dichos estudios no est\u00e1n disponibles. El valor predictivo positivo relativamente bajo de las pruebas de hematuria repetitivas (del 7,6 % para el c\u00e1ncer de vejiga y del 11,6 % para todas las neoplasias malignas) [6,8,10] genera interrogantes sobre la funcionalidad de esta modalidad de examen de detecci\u00f3n.
\nSe ha evaluado la exactitud del examen citol\u00f3gico de la orina evacuada para detectar el c\u00e1ncer de vejiga, sobre todo, en pacientes con antecedentes de este c\u00e1ncer que se someten a vigilancia cistosc\u00f3pica o como una prueba de rutina para todos los pacientes de un consultorio grande de urolog\u00eda en una cl\u00ednica de especialidades m\u00faltiples. En los estudios de pacientes con antecedentes de c\u00e1ncer de vejiga, el examen citol\u00f3gico de orina evacuada fue eficaz para diagnosticar de un 20 % a un 40 % de los CCT de grado I, de un 20 % a un 50 % de neoplasias malignas de grado II y de un 60 % a un 80 % de c\u00e1nceres de grado III//Tis.[11,12] Aunque dichos estudios no se realizaron en pacientes sin hematuria ni antecedentes de tumores recidivantes de la vejiga, para efectos de los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n, un problema importante es la falta de sensibilidad para los CCT bien diferenciados y moderadamente diferenciados y la gran proporci\u00f3n de muestras sin un n\u00famero suficiente de c\u00e9lulas para establecer un diagn\u00f3stico citol\u00f3gico. Aunque los resultados positivos falsos fueron muy poco frecuentes, la falta de sensibilidad, incluso en la poblaci\u00f3n de la que se ten\u00eda mayor sospecha, hizo que el examen citol\u00f3gico de orina evacuada no fuera un examen de detecci\u00f3n apropiado para la poblaci\u00f3n general. En ning\u00fan estudio se ha analizado el resultado de los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n citol\u00f3gicos en la mortalidad relacionada con la enfermedad en una poblaci\u00f3n sin exposici\u00f3n industrial. Tampoco est\u00e1n disponibles los resultados de los pacientes que se sometieron a ex\u00e1menes de detecci\u00f3n en la cl\u00ednica de urolog\u00eda.[11]
\nLos resultados de los hombres diagnosticados con c\u00e1ncer de vejiga, por medio de un programa de detecci\u00f3n casero de hematuria con tira de reactivo qu\u00edmico, se compararon con una muestra poblacional del 87 % de todos los hombres de 50 a\u00f1os o m\u00e1s del registro de tumores de Wisconsin.[8] Las secciones histol\u00f3gicas se examinaron con enmascaramiento y se encontraron proporciones similares de casos superficiales de grado bajo versus casos de grado alto o invasivos; la proporci\u00f3n de la enfermedad en estadio tard\u00edo (T2 o mayor) fue menor en los pacientes sometidos a ex\u00e1menes de detecci\u00f3n. A los 14 a\u00f1os, el 20,4 % de los pacientes del registro de tumores muri\u00f3 por c\u00e1ncer de vejiga (incluso un 50 % de aquellos con lesiones invasivas del m\u00fasculo de grado III); sin embargo, a los 14 a\u00f1os de seguimiento, ning\u00fan participante con c\u00e1ncer de vejiga identificado mediante ex\u00e1menes de detecci\u00f3n hab\u00eda muerto por este tipo de c\u00e1ncer.[13] No se puede determinar el efecto real de los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n si estas diferencias fueron producto de alguna combinaci\u00f3n del efecto de anticipaci\u00f3n diagn\u00f3stica, sobrediagn\u00f3stico o sesgos de selecci\u00f3n.
\nSe ha propuesto la medici\u00f3n de una variedad de mol\u00e9culas y elementos celulares detectados en la orina y, en algunos casos, se promueve su uso para vigilar a los pacientes con c\u00e1ncer de vejiga diagnosticado antes. Sin embargo, no se ha evaluado la especificidad y la sensibilidad de estos marcadores en el entorno de detecci\u00f3n en la poblaci\u00f3n general, pero muchos de estos estudios est\u00e1n en curso.
\nSe han publicado pocos estudios de detecci\u00f3n en los que se eval\u00fae la mortalidad por c\u00e1ncer de vejiga en las poblaciones con un riesgo, en especial, alto de este tipo de c\u00e1ncer (diferentes de quienes tienen antecedentes de este tipo de c\u00e1ncer).[1-4] En un estudio realizado en Quebec, de examen citol\u00f3gico anual en trabajadores de la industria del aluminio expuestos al alquitr\u00e1n de hulla, se mostr\u00f3 una reducci\u00f3n de cerca del 40 % en los casos de muerte por c\u00e1ncer de vejiga a los 6 a\u00f1os del diagn\u00f3stico, en comparaci\u00f3n con un grupo de control hist\u00f3rico de trabajadores de las mismas plantas que no se sometieron a ex\u00e1menes de detecci\u00f3n;[5] sin embargo, la diferencia no fue estad\u00edsticamente significativa. El conocimiento de los desenlaces adversos de los predecesores del grupo que no se someti\u00f3 a ex\u00e1menes de detecci\u00f3n pudo haber influido en la participaci\u00f3n en el programa, en el reconocimiento de los s\u00edntomas por parte de los trabajadores, en la disposici\u00f3n de los trabajadores y los m\u00e9dicos de iniciar investigaciones diagn\u00f3sticas con base en signos y s\u00edntomas, y en el cumplimiento de las recomendaciones m\u00e9dicas para la evaluaci\u00f3n y el tratamiento por parte de los trabajadores. La corta duraci\u00f3n del seguimiento del grupo que se someti\u00f3 a ex\u00e1menes de detecci\u00f3n pudo haber mejorado, de manera artificial, el resultado.
\nNo se han realizado ensayos controlados aleatorizados de detecci\u00f3n del c\u00e1ncer de vejiga en cohortes con exposiciones ambientales o industriales. Con frecuencia, los estudios completados carecieron de grupos de control comparables o no contaron con un tama\u00f1o de muestra suficiente para demostrar un efecto en el desenlace; adem\u00e1s, la duraci\u00f3n fue insuficiente para mostrar un beneficio en la mortalidad (o ausencia de este) de las modalidades evaluadas.[2,3] En un estudio se describi\u00f3 la utilidad de medir 3 biomarcadores en la orina evacuada para la evaluaci\u00f3n del riesgo y la detecci\u00f3n del c\u00e1ncer en una cohorte numerosa de trabajadores chinos con aumento del riesgo de c\u00e1ncer de vejiga.[6] Los trabajadores se estratificaron, se sometieron a ex\u00e1menes de detecci\u00f3n, se controlaron y recibieron diagn\u00f3stico de manera individual con base en los perfiles de biomarcadores moleculares predefinidos. Estas t\u00e9cnicas contin\u00faan en etapa de investigaci\u00f3n.
\nLos res\u00famenes del PDQ con informaci\u00f3n sobre el c\u00e1ncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva informaci\u00f3n. Esta secci\u00f3n describe los cambios m\u00e1s recientes introducidos en este resumen a partir de la fecha arriba indicada.
\n \nSe actualizaron las estad\u00edsticas con el n\u00famero estimado de casos nuevos para 2024 (se cit\u00f3 a la American Cancer Society como referencia 1).
\nSe actualizaron las estad\u00edsticas con el n\u00famero estimado de defunciones para 2024.
\nSe revis\u00f3 texto para indicar que de 2015 a 2021, la mortalidad por c\u00e1ncer de vejiga urinaria disminuy\u00f3 en un 1,5 % por a\u00f1o.
\nEl Consejo editorial del PDQ sobre los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n y la prevenci\u00f3n es responsable de la redacci\u00f3n y actualizaci\u00f3n de este resumen y mantiene independencia editorial respecto del NCI. El resumen refleja una revisi\u00f3n independiente de la bibliograf\u00eda m\u00e9dica y no representa las pol\u00edticas del NCI ni de los NIH. Para obtener m\u00e1s informaci\u00f3n sobre las pol\u00edticas relativas a los res\u00famenes y la funci\u00f3n de los consejos editoriales del PDQ responsables de su actualizaci\u00f3n, consultar Informaci\u00f3n sobre este resumen del PDQ e Informaci\u00f3n del PDQ\u00ae sobre el c\u00e1ncer dirigida a profesionales de la salud.
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\nPDQ\u00ae sobre los ex\u00e1menes de detecci\u00f3n y la prevenci\u00f3n. PDQ Ex\u00e1menes de detecci\u00f3n del c\u00e1ncer de vejiga y otros c\u00e1nceres uroteliales. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualizaci\u00f3n: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/vejiga/pro/deteccion-vejiga-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
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